lunes, 6 de febrero de 2012

Une fille à montmartre

Despiertas desorientada mientras tus pasos rechinan en el pasillo hasta encontrarte con tu café ya  listo junto con sus ricas tostadas . El balcón te acoge esta mañana fría, la silla antigua de metal te invita a sentarte, mientras el mundo gira . A tu al rededor tienes París, y si hace frío , pero quién piensa en ello cuando la felicidad te abraza.

Y la vida sigue su curso, caminantes suben y bajan del metro, mientras la música hace eco por sus pasillos, y a la salida un mundo nuevo llama a la puerta, pero ellos siguen caminando , siguen ciegos . Bailar mientras haces volar las hojas del otoño. Con la sonrisa pegada a la cara trascurre mi viaje , el cansancio es sólo un complemento, es tan sólo el fruto del camino, del largo camino que nace en las calles de París. Un bar , una cerveza, cara, y un lápiz, quizá fuera el frío que me pidió a gritos un refugio, o los zapatos un respiro. Quizá fue la inspiración que quiso venir conmigo .
Y al atardecer temprano una lata de cerveza es suficiente, en algún lago, o parque, para compartir palabras contigo, para abrir el corazón y enseñárselo a todas las hojas que mecen su muerte en el aire , mientras el otoño las vence.
De aquí a allí, sumergiéndote en lo más insólito de su corazón, en las calles bohemias, en los lugares de encanto, y en un mundo de ensueño del que nunca querrías volver.
Las aceras desnudas te incitan a recorrerlas , a acariciarlas , a cuidar cada paso, a ir despacio frente a esa muchedumbre acelerada, y paras una y otra vez , recorres sus escondites,sobre todo los más inauditos . Mientras el mundo pasa inadvertido a ojos de quienes recorren obcecados sus lugares .
La despedida será dura, después de casi cuatro años ha resultado efímera  la cita, pero siempre merece la pena . El único amor de mi vida, ese que nunca olvidas, que siempre te espera y nunca se marcha .París.


Cualquier lugar es bueno para sentarte y pensar, que cuando llegues a casa hay más de una vida esperándote, más de un camino desviado que se aleja de este de ensueño . La vuelta a la realidad siempre es dura.Pero más aún lo es no saber en que realidad queremos vivir.

Y después de un largo ocho de kilómetros, llegar al principio se hace corto. La vida dura poco, y no parafrasearé con tópicos, sencillamente el pensar todo lo que queda por hacer me pone los pelos de punta. Que poco tiempo tenemos, mejor dicho que poco vivimos el tiempo que nos dan. Siempre pensando en mañana o en ayer, y si sigue sonando a tópico , y lo és. Será que por ello lo pasamos por alto, como el resto de cosas que suceden a nuestro al rededor .
Y quién sabe mañana, de verdad queremos seguir haciendo planes, queremos limitarnos por un simple reloj, por un calendario que marca nuestras pautas, por qué no nos replanteamos todo y nos dejamos de restricciones , dejemos de medirnos en el tic tac .

Dejémonos de absurdos protocolos.



Si , no puedo engañarme, París siempre ha sido el sueño de mi vida, siempre a acompañado al futuro, pero cuando paras en seco, cuando fríamente piensas en el, deduces que es lo más absurdo que habías mantenido vivo en ti. La vida, va viene, te lleva,  te recoge, y mientras aún conservas la estúpida idea de hacer planes con ella. No te mientas, no lo harás , esa vida de Bobo´s no te pertenece, dudo que halla parada en la capital del romanticismo, dudo muchas cosas , porque vivir de esperanzas es la incoherencia más insensata que jamás has tenido.
Los impulsos son el futuro, pues del mañana no hay certeza científica, ni alguna otra.

Tus pasos se han convertido en sigilos, ya no hay madera sobre la que rechinar, pero las tostadas y el café siguen sabiendo igual de ricas. Será que es lo que te apetece cada mañana.
Dentro de veinte años te cuento, que desayunaré entonces, hasta entonces dejémonos llevar por la trayectoria que sigan las nubes, por ejemplo.



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