miércoles, 25 de agosto de 2010

Aimer la vie






Como ahora andaba , perdida por la vida , no sabia que quería tan solo lo que no .
Esa sensación de condena que me abruma como pez atrapado en una pequeña pecera y es que da igual que sea grande , nunca lo será tanto como el océano . Y cómo escapo de este acuario .
Nunca tuve miedo a salir , a volver al mar y poder palpar cada gota suya en cada parte de mi cuerpo , revolverme entre las olas sin dejarme llevar
por la corriente , sino nadar en su contra , eso es lo más semejante a la libertad , lo más parecido y en mis sueños , por que yo aún estoy perdida entre cuatro cristales , cuatro paredes . Y poco a poco pierdo el salado recuerdo , no del tequila amargo donde me ahogué , sino ese sabor dulce a sal , tras salir del mar y lamerme la piel , cual león lamiendo sus heridas .
Y es que esos pequeños placeres de la vida , esos detalles que la gente corriente pasa por alto , esos son los instantes verdaderos .
A veces la vida nos castiga , nos encarcela entre algas marinas , intercambiando agua destilada bañada en productos químicos por ese agua cristalina que varía según quiera el cielo; arrogándonos en un mundo irreal , donde no importa tener poca memoria siempre nos acordaremos de lo mismo de cada día ,hasta que seamos capaces de ir a contracorriente .

Por que aveces es necesario sufrir para ser feliz . Y si , es indispensable recordar el verdadero sentido, valorar la liberación y comprender que por muy corriente que nos resulte a veces estamos demasiado ocupados para darnos cuenta que no podemos desperdiciar ni un solo segundo mas porque llegará el día que los echemos de menos y nos demos cuenta que nuestros minutos están contados , la vida nos cronometra hasta la última milésima de aliento
No se trata de una penitencia si no una corrección , otra oportunidad para amar la vida .
Las cosas malas y buenas , romperé todos los tópicos con mi asombroso optimismo , todo es bueno el mal no existe , por que no hay nada que no suceda por alguna razón , no pasa nada si estuve seis años en la pecera nadando de lado a lado recorriendo cada milímetro una infinidad de veces , al final me acostumbre , a tener dueño , a esperar que quisiera darme de comer , cambiarme el agua , romper con la rutina y traer peces nuevos , algas nuevas ; y no él prefería manejarme a su antojo y atraparme con una red dejándome sin aire . Y mereció la pena .

Hoy no hay dueños , ni príncipes , ni sueños tan sólo una princesa felizmente desdichada cabalgando por la orilla del mar , mientras la brisa marina abanica mis cabellos , roza mi cuerpo y siempre de espaldas al viento ; hoy no hay coronas que caen al suelo ante ningún princeso , si no que tienen alas y me elevan a lo más alto del cielo para cambiar su tono según quiera yo ver el mar . Frente al que me siento cuando necesito escapar deslumbrándome de nuevo con su tremenda inmensidad de la cual soy consciente pero siempre olvido y creo más pequeña de lo que es o será que cada vez tengo más ganas de más .
Me siento tan diminuta , tan insignificante que me dan ganas de crecer y hacerme notar , hacerle competencia a la luna y algún día al sol , de profundizar en mi mar y surcar sus orillas y perderme en alta mar . Sin naufragar .
No me asustan las tormentas , ni si quiera los tornados y menos aún los pescadores que ya no pico en ningún anzuelo , y como buen pez intuyo los vendabales y me escudo antes de llevarme un disgusto . Mi barco , mi refugio , MI MUNDO.

Será por eso que me enamoré de París , no por ser la ciudad del amor , ni de las luces , por su romanticismo y su encanto , por su Torre Eiffel que siempre creo verla más grande , y vuelvo a sentirme nada frente tanta gente , vuelvo a parecer una estatua en la que nadie se fija y vuelvo a sentir ganas de querer encontrarme en la gran ciudad perdiéndome en los barrios bohemios , sintiéndome como Mary Poppins al caminar en un cuadro maravillarme con los pequeños placeres de la vida , que aunque parezcan insignificantes son el verdadero significado .
Porque no hemos de ser felices sólo cuando nos corresponda , si no siempre .

Una vez escuche , la felicidad no es un derecho es una obligación , y yo desde entonces me obligo a ser lo cada día , cada hora , cada minuto y cada segundo , y es a lo único que obedezco , la única norma que cumplo , y lo único que seguiré haciendo el resto de mi vida .Estamos aquí para ser felices .
Aimer la vie .

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